Paquirri, el “Marinero de Luces” que hizo la mili y toreó en el Cuartel de Instrucción de Marineria.
Francisco Rivera Pérez, "Paquirri"
Francisco Rivera Pérez, más conocido popularmente por su nombre artístico, “Paquirri”, nació un 5 de marzo de 1948 en el pueblo marinero de Zahara de los Atunes, en Cádiz.
Torero de profesión es quizás el personaje más recordado que prestó su Servicio Militar en el CIM e Cádiz.
Era aquel un momento clave en la carrera profesional de “Paquirri”, puesto que aunque había tomado su alternativa tan sólo dos años antes, ya estaba confirmando su estatus como de Estrella del Toreo.
El 17 de julio de 1966 había tomado la alternativa como Matador de Toros en la Plaza Monumental de Barcelona, ejerciendo como Padrino el Maestro Antonio Bienvenida, y de testigo Andrés Vázquez “El Nono”, las reses fueron de la ganadería de Juan Pedro Domecq.
La alternativa no se pudo llevar a cabo ya que el diestro fue cogido gravemente en el muslo derecho, pero al final, el 11 de agosto de ese mismo año y en el mismo coso le llegó la esperada alternativa de la mano de Paco Camino, que le cedió la Muleta y la espada ante la atenta mirada de Santiago Martín, “El Viti”, frente a astados del hierro de Carlos Urquijo de Federico.
Durante el periodo que permaneció destinado en el cuartel, y como no podía ser de otra manera, “Paquirri” continuó con su prometedora carrera como Torero, siguiendo la estela de otros ilustres matadores que prestaron su servicio militar en la ciudad, como fue el caso de Francisco Ruiz Miguel, natural de San Fernando, o Antonio Borrero Morano, “Chamaco”.
"Paquirri" de recluta en sus primeros días en el cuartel.
Se incorporó a la Armada Española en el Centro de Formación de Especialistas y Cuartel de Instrucción de Marinería de Cádiz en enero de 1970, perteneciente al 1er. Reemplazo de ese año.
Tras la fase de incorporación, pasando por la inscripción, peluquería, vestuario, etc. fue destinado a la 5ª Brigada donde recibió la formación Militar y Marinera junto con los demás inscriptos como uno más.
Anécdota, por Jesús Erbez Rodríguez, 1º de 1970.
Jesús, de Alcalá de Guadaira, Sevilla, hizo la mili con Paquirri y me traslada esta anécdota que quiere compartir con todos nosotros, nos cuenta lo siguiente:
“Yo soy del 1er. Reemplazo de 1970 y compartí muchas tardes en la 5ª brigada, con Paquirri, DEP, y su íntimo amigo Diego Lorenzo, de San Jerónimo, Sevilla, que era del 2º Reemplazo de 1969, de profesión peluquero, y que posteriormente seguiría siendo el peluquero particular de Paquirri hasta la muerte del torero.
Paquirri Hizo todo el periodo de Instrucción desde Enero a Marzo del 70, y algunas tardes, los tres, salíamos de franco paseo y nos tomábamos alguna botellita de Manzanilla y unas buenas tapas.”
Otras tardes, salía con su Mercedes 220 color marfil, y se llevaba al Comandante”.
La Jura de Bandera de "Paquirri"
El viernes 6 de marzo de 1970, en el Centro de Formación de Especialistas y Cuartel de Instrucción de Marinería de Cádiz, a las 11 de la mañana, dieron comienzo los Actos de Jura de Bandera correspondiente a los Marineros pertenecientes al Primer Reemplazo de 1970, entre los que se encontraba el Torero Francisco Rivera “Paquirri”.
Por este motivo, la ceremonia se revistió de mayor solemnidad, ya que fue presidida por el Capitán General del Departamento, el Almirante Don Miguel A. García Agulló, y asistió a la misma el Vicario General Castrense, Doctor Fray José López Ortiz.
También se encontraban presentes el Gobernador Militar de la Provincia, Don Florencio Vicente del Valle y el Comandante General del Arsenal de la Carraca, el Vicealmirante Don Andrés de Benito Peláez, los Contraalmirantes Planelles Ripio y Español Iglesias y el General de Infantería de Marina Pita y de Ponte como así mismo representaciones provinciales del Ejercito del Aire y amplias comisiones de los distintos cuerpos de La Armada Española, muy preferentemente los Jefes de servicios y dependencias situados en la población de San Carlos.
"Paquirri" el día de su Jura de Bandera.
La Jura de Bandera tuvo lugar, como era habitual, en el Patio de Armas del Cuartel de Instrucción.
Ante el Altar, presidido por la Imagen de Nuestra Señora la Virgen del Carmen, y rodeado de atributos marineros, tuvo lugar la Santa Misa que ofició el Capellán Mayor del Cuartel. De la Homilía de la Misa se hizo cargo el Vicario General Castrense.
Finalizada la ceremonia de la misa el Comandante del Cuartel, el Capitán de Fragata Don Gonzalo Valcárcel Ochoa tomo juramento a los inscriptos y tras el Acto de Jura de Bandera los Marineros procedieron a realizar el desfile militar ante sus familiares y las Autoridades civiles y militares que habían estado presentes, dando con esto por finalizada la ceremonia.
Plaza de toros "Los Maizales"
En esa época existía una tradición, y era que, además del día de la festividad de Nuestra Señora la Virgen del Carmen, Patrona de la Marina, también, al finalizar cada curso se celebrase una pequeña corrida de toros en la placita, construida en 1947, hoy desaparecida, conocida como “Los Maizales”, llamada así por el cultivo que se cosechaba antes de su construcción, el maíz, y que estaba ubicada en las proximidades del CIM, en la Huerta de San Rafael, donde por último estuvo la Junta de Educación Física y Deportes.
1970, "Paquirri" y su hermano "Riberita" saludando al Matador de Toros Rafael Ortega en la Plaza de Toros del CIM antes de comenzar la corrida.
Sin lugar a dudas, el episodio más significativo de la estancia del joven “Paquirri” en el CIM de Cádiz, en San Fernando, aconteció el 13 de junio de 1970, cuando el propio “Paquirri” y su hermano José Rivera, “Riverita” lidiaron tres novillos, tres, de su propia ganadería en la antigua plaza de los Maizales.
Allí, con lleno hasta la bandera y ante un público entregado, los hermanos Rivera cosecharon un éxito sin paliativos, que culminó con la obtención para ambos de orejas y rabo y el reconocimiento de los asistentes, que acabaron portando a hombros a los matadores. Aquella corrida, a la que asistió desde el Palco Presidencial su padre, el novillero Antonio Rivera Alvarado y el Matador de Toros Rafael Ortega Domínguez, supuso cierto beneficio para la tropa, ya que la carne de uno de los novillos fue regalada para consumo de los marineros del cuartel isleño.
Los periodistas de la época destacaban en sus crónicas, además de su calidad como Torero, algunos aspectos de su personalidad, la propia de un hombre solidario y dispuesto siempre a echar una mano. A ello se refiere el oficial de Arsenales Joaquín Quijano Párraga, que en 1984 relataba en la revista Bitácora, publicación editada en el propio Cuartel de Instrucción, la siguiente anécdota: “Por mi vinculación a la Sociedad de Afanas, (Asociación de Ayuda a minusválidos psíquicos de Cádiz) he intervenido todos los años en la organización de estos Festivales y he tenido la oportunidad de tratar con los toreros que en ellos actuaban. (…) No podemos olvidar, muy especialmente, el segundo de estos festivales en el que intervino el torero de Barbate. Aquella tarde, bajo una lluvia torrencial y con el ruedo convertido en un auténtico barrizal, los toreros se jugaban el tipo luchando contra los elementos. Todos estuvieron de acuerdo: “suspender era una ruina para Afanas y los disminuidos no se merecían aquello””.
Un recuerdo imborrable
De estas palabras se deduce el retrato de un Paquirri que durante su estancia en la ciudad encontró tiempo para colaborar en beneficio de los sectores desfavorecidos, para continuar con su fulgurante carrera y, sobre todo, para dejar una huella imborrable en la memoria de aquellos que compartieron con él su formación militar.
Articulo en la Revista del CIM, Bitácora, de 1984, como homenaje póstumo de los Marineros al Maestro, Francisco Rivera Pérez, "Paquirri".
Tanto es así, que con ocasión de su prematura muerte a los 36 años, producida por una cornada del toro “Avispado”, acontecida en la plaza de toros de Pozoblanco el 26 de septiembre de 1984, la comisión cultural del cuartel le dedicó unas elogiosas palabras en la revista del cuartel, Bitácora, entre las que destacaba de sobremanera la sentencia final. “Aunque han pasado 16 años, en la noche que murió Paquirri, el Cuartel de Instrucción ¡¡ perdió algo suyo !!”.
Con todos mis respetos a la información. Yo soy del 1º/70 y compartí muchas tardes en la 5ª brigada, con Paquirri y su íntimo amigo, Diego Lorenzo, peluquero, que posteriormente seguiría siendo su peluquero particular, hasta la muerte del torero, hizo todo el periodo de Enero a Marzo del 70, y todas las tardes, salía con su Mercedes 220 marfil, y se llevaba al Comandante D. Onésimo Redondo u Orestes, ahora no recuerdo, nos tomamos unas cuantas botellas de manzanilla y buenas tapas el grupito que nos reuníamos.
Estimado Jesús Erbez, le agradezco enormemente la corrección e información que me facilita al respecto de este artículo y que me ayuda a mejorar lo que se transmite en este post.
He de decir que sobre la fecha de ingreso y estancia de “Paquirri” me basé en una información “cuasi-oficial” que llegó a mi poder, y aunque también barajaba por otra parte la fecha de 1970 opté por darle mas credibilidad a la primera de las informaciones, craso error.
Le ruego acepte mis disculpas y nuevamente le doy las gracias, ya que con las aportaciones de todos haremos que la información facilitada en la web sea mas fiable y ajustada a la realidad.
Eso sí, el Comandante del CIM en esa época era el Capitán de Fragata Don Gonzalo Valcárcel Ochoa, que estuvo en el cargo desde noviembre del 69 a septiembre del 72.
Reciba un cordial saludo,
Atentamente
“Txatxe” Chica
Encantado con tus publicaciones compañeros, en honor a nuestra memoria creo que debemos de colaborar todos en este apartado, porque ese momento histórico de nuestras vidas, no se puede olvidar, por mucho que la incorporación a la Armada truncase nuestra vida profesional o estudiantil, los valores y amigos que cosechamos en ese periodo, nos han servido en nuestro curriculum personal, a lo largo de nuestras vidas. Un abrazo.
Encantado con tus publicaciones compañeros, en honor a nuestra memoria creo que debemos de colaborar todos en este apartado, porque ese momento histórico de nuestras vidas, no se puede olvidar, por mucho que la incorporación a la Armada truncase nuestra vida profesional o estudiantil, los valores y amigos que cosechamos en ese periodo, nos han servido en nuestro curriculum personal, a lo largo de nuestras vidas. Un abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo Jesús, para bien o para mal fue parte de nuestra vida y hay que quedarse con lo positivo.
Gracias por tus sabias palabras.
Un abrazo.